miércoles, 25 de abril de 2012

Juan Nicolás Callejas Roldan: preferible una mala educación que un maestro despedido


PASILLOS DEL PODER
César Augusto Vázquez Chagoya
2012-04-24 / 22:57:45
Callejas: preferible una mala educación que un maestro despedido
Juan Nicolás Callejas Roldan, dirigente de la sección 32 del SNTE, manifestó que por acuerdo de la dirigencia nacional, no participarán en la evaluación de medio millón de maestros el próximo 24 de junio porque “es preferible una mala educación que un maestro despedido”.
Este dirigente del magisterio en Veracruz, en verdad es un verdadero constructor de una patria analfabeta que nos trae todos los problemas que tenemos. Le vale los niños, el futuro del país, con tal de que a un analfabeta, torpe y un mal educado maestro no lo corran de su trabajo.

Por una plaza, vale que los niños estén mal educados por un “maestro” que tenga para comer, ganar cada catorcena su salario seguro en una escuela ubicada en la zona urbana donde se vive mejor. Tienen crédito en las mueblerías CREDILAND, préstamos y días de asueto. Estos maestros “revolucionarios” hacen paros o huelgas de lunes a sábado, porque el sábado y domingo son sus días de descanso sagrado.

¿Qué vale más? ¿Una plaza o la calidad educativa a los niños?

Solamente se le puede ocurrir a alguien que no ha sufrido la pobreza, donde su familia mantiene el poder sindical desde los años setentas y heredó su plaza además de su liderazgo sindical.

Los maestros en Veracruz y en el país hacen lo que quieren y se creen dueños de la educación en México, pero esto no es culpa del gobierno, sino de una sociedad “agachada” que cree que la dirigente nacional del

SNTE gana 80 mil pesos mensuales, pero vive en San Diego, California, y por donde quiere tiene mansiones.

Una sociedad que cree que la dirigente nacional no es dueña del partido político Nueva Alianza, que recibe recursos públicos y es manejado por sus hijos. La sociedad “agachada” les vale que estos trepadores de la educación tengan a sus hijos sin saber leer y escribir, que es decir lo menos.

Deberíamos de aprender como sociedad, de un pueblo indígena de Oaxaca donde, cansados de las suspensión de clases porque los maestros se iban por días a manifestaciones, determinaron no recibir a los maestros faltistas. Los dirigentes sindicales de los faltistas señalaban que los “maestros tenían derecho a la libre expresión”.

Ante el cinismo, los pobladores pusieron como condición que volverían admitir a los maestros si cumplían sus días de trabajo y que se manifestaran los sábados y domingos. El problema sigue porque el sindicato del CNTE cree que manda sobre encima de la comunidad, y éstos no dan marcha atrás en bien de sus hijos.

Ya un director y ayudantes voluntarios resuelven el problema de la falta de maestros. Parece mentira, pero los voluntarios están más preparados que los maestros que no quieren ser evaluados, porque no saben ser maestros y temen que los despidan.

En cualquier escuela particular evalúan al que solicita empleo, y a los que lo tienen periódicamente están en cursos y evaluados. Los “maestros” a los que les paga el gobierno, en su mayoría dan clases a nuestros niños sin ser maestros, porque hay algo que es un vicio mayor: cada maestro que se jubila, hereda su plaza a un familiar, así sepa sólo de jardinería.

Ese es el miedo de los dirigentes sindicales, quienes en colusión con funcionarios de la Secretaría de Educación Pública, permitieron que ese vicio creciera y ahora se ponen rebeldes los primeros porque ellos se sienten los dueños de la educación en México.

No crea que la evaluación del 24 de junio próximo es una embestida del gobierno federal en contra del SNTE porque apoyan al PRI. Tanto el SNTE, como el CNTE (contrarios a los primeros) egresados de las normales, quieren trabajar sin ser evaluados. Este mes de mayo verán que la Ciudad de México y las capitales de los estados son bloqueados por los maestros analfabetas.

Lo más lamentable de esto, es que los analfabetas maestros de todas las organizaciones magisteriales señaladas se saldrán con su capricho. Hay que reconocer a sindicatos conscientes de su responsabilidad, que cumplen con su deber. 

Juan Nicolás Callejas Roldan no teme que lo condenen ni que lo corran, porque su dirigente nacional piensa igual, así como su papá que lo puso en el puesto, pero lo que más lo avala, es que los maestros lo apoyan porque quieren heredar sus plazas a sus hijos. En esta corrupción en contra de los niños de México, la mayoría de los maestros están de acuerdo.

Vaya país.

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